No me gusta etiquetar a mis clientes. Considero que esto no es importante para comenzar un proceso terapéutico. Me gusta enfocarme en lo que sientes, piensas y cómo actúas para identificar tu dolor o sufrimiento, y proponer otras alternativas que quizás no habías teniendo en cuenta debido a ese bloqueo emocional. No obstante, aceptar ese dolor o sufrimiento también es clave, es lo que te posiciona en el presente, y para poder beneficiarte de ello, es importante que te sitúes en este punto tanto física como mentalmente.
Por este motivo, elegí las terapias de tercera generación. Han ganado popularidad y reconocimiento en el campo de la psicoterapia en las últimas décadas debido a varios factores que las hacen efectivas y relevantes en el tratamiento de una variedad de trastornos mentales y emocionales.
Conforme estudiaba psicología, fui realizando cursos formativos para especializarme en ansiedad, estrés, psicoterapia cognitivo-conductual, autoestima, emociones, duelo, y actualmente, sigo formándome en la depresión.
Realicé un voluntariado durante un año y medio en el Hospital San Juan de Dios en Madrid, donde acompañaba a pacientes con diversas patologías. Casi a la vez, pero esta vez en Sevilla, en Fundación Secretariado Gitano estuve otros dos años impartiendo talleres de sensibilización y crecimiento personal a personas de etnia gitana.
Más tarde, realicé mis prácticas en Cruz Roja durante nueve meses enfocado a talleres para reducir la soledad no deseada en personas mayores.
Al cursar el Máster de Psicólogo General Sanitario tuvo la oportunidad de realizar mis prácticas en Esther, mi psicóloga en Sevilla durante cuatro meses, y en Clínica Noa (Centro de Salud Mental de ingreso) trabajando con Patologías como Depresión, Ansiedad y Trastornos de la Personalidad. Aquí pude aplicar mis conocimientos y herramientas más enfocado a lo que me dedico hoy.
Te habrás preguntado por qué en Madrid aquel voluntariado. Y es que, fui Tripulante de Cabina de Pasajeros durante nueve años. Por lo que, también trabajo con este colectivo en sesiones, y te ayudo a perder el miedo a volar.
Por fin pude dejar ese trabajo, aunque no lo descarto en un futuro, para poder dedicarme al bienestar de las personas, ayudarles a su crecimiento, y el porqué atraviesan situaciones desagradables en su vida.
Te acompaño en tu proceso. Y estaré encantada de acompañarte, como me acompañaron tantos pasajeros en llegar a su destino.